El martes pasado, durante la conferencia anual sobre el marco de capital de los grandes bancos, Sam Altman, CEO de OpenAI, fue interrogado por Michelle Bowman, la vicepresidenta de la Reserva Federal. El intercambio se centró en el impacto de la IA en el sistema bancario, la seguridad nacional y la organización del trabajo.
Después de mencionar el rápido auge de la IA y las ganancias de productividad que permite, Sam Altman alertó sobre la creciente vulnerabilidad de los sistemas de autenticación frente a las capacidades de los modelos generativos. Según él, los deepfakes han vuelto obsoletos mecanismos ampliamente utilizados como la huella vocal o la autenticación visual y continuar usando estos métodos sin cuestionarlos es una imprudencia:
"Una cosa que me aterroriza es que aparentemente todavía hay instituciones financieras que aceptarán una huella vocal como autenticación para que puedas transferir mucho dinero o hacer otra cosa. Es una locura seguir haciendo eso".
"La IA ha vencido por completo a la mayoría de los medios por los cuales las personas se autentican actualmente, a excepción de las contraseñas, pero todo eso de "tomarse una selfie y saludar" o "hacer su voz" o lo que sea... Estoy muy nervioso ante la idea de que tengamos una importante crisis de fraude inminente por esto".
En cuanto al trabajo, Sam Altman anticipa la desaparición progresiva de ciertas categorías de empleos, particularmente el soporte al cliente, reemplazado por agentes conversacionales capaces de ejecutar tareas complejas con rapidez y precisión.
"Hace unos años, te gustaba llamar al servicio al cliente, te gustaba recorrer un árbol telefónico, hablabas con cuatro personas diferentes, ellas tomaban la decisión equivocada, volvías a llamar, esperabas".
Ahora, llamas a una de estas cosas y la IA responde. Es como una persona súper inteligente y capaz. No hay árbol telefónico, no hay transferencias. Puede hacer todo lo que cualquier agente de servicio al cliente de esa empresa podría hacer. No comete errores. Es muy rápido".
Sin embargo, destaca que en áreas como la salud, el papel humano sigue siendo central, "Quizás soy un dinosaurio aquí, pero realmente no quiero confiar mi destino médico a ChatGPT sin ningún médico humano en el circuito".
La entrevista también abordó los riesgos geopolíticos asociados a la superinteligencia. El CEO mencionó la posibilidad de que adversarios utilicen modelos de IA más avanzados para desestabilizar infraestructuras críticas estadounidenses. Podrían así "diseñar un arma biológica, desmantelar la red eléctrica de Estados Unidos, o penetrar en el sistema financiero y tomar el dinero de todos".