TLDR : Ocean IA utiliza inteligencia artificial para prevenir colisiones entre barcos y ballenas en la Polinesia, apoyado por la UE y la UICN, en fase piloto hasta 2026.
Desde 2017, la asociación OCEANIA se ha comprometido a estudiar y proteger a las ballenas y delfines de la Polinesia Francesa. El sábado pasado, presentó al ministro de Ultramar, Emmanuel Valls, un proyecto innovador que mezcla tecnología y preservación marina: Ocean IA.
Cada año, las ballenas jorobadas abandonan las aguas heladas de la Antártida, ricas en plancton y krill, hacia las aguas polinesias más favorables para la reproducción. Las lagunas y los pasos, poco profundos y protegidos, permiten a las madres dar a luz y amamantar a sus crías lejos de las corrientes y depredadores, especialmente las orcas.
- Sin embargo, muchos habitantes y turistas transitan diariamente entre Tahití y su vecina Moorea, donde se basa la asociación Oceania: el tráfico marítimo entre estas 2 islas representa más del 90% del tráfico del archipiélago polinesio. El riesgo de colisiones con las ballenas es muy alto, sobre todo porque los barcos que navegan en las áreas preferidas por estos cetáceos tienen poco margen de maniobra.
Prevenir en tiempo real estas colisiones
Ocean AI se inscribe en la continuidad del programa Ocean Watch, iniciado por Oceania en 2024. Este último moviliza observadores humanos a bordo de los ferries entre Tahití y Moorea para alertar sobre la presencia de cetáceos.
Se basa en un doble pilar: la tecnología y la colaboración. Por un lado, cámaras terrestres inteligentes desplegadas en las alturas de Tahití y Moorea, para identificar en tiempo real los saltos, resoplidos, aletas o colas de las ballenas en los pasos de Papeete y Vaiare. Por el otro, una cooperación activa con los armadores y servicios marítimos, para definir y experimentar protocolos de alerta automáticos eficaces.
Los Observadores de Mamíferos Marinos permanecen movilizados, y los capitanes están asociados a las decisiones técnicas (canales de alerta, modalidades de recepción). Un dispositivo raro en el campo de la conservación marina, donde la IA a menudo se limita a la recopilación de datos sin acción inmediata. Oceania también apuesta por la pedagogía al público en general, especialmente a través de la aplicación Whale Alert, que transforma a cada pasajero o navegante en un potencial observador.
El proyecto cuenta con el apoyo institucional sólido, especialmente de la Unión Europea (a través del programa Best Life 2030) y de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Está en fase piloto hasta noviembre de 2026, pero sus fundamentos, sobriedad tecnológica, arraigo local, implicación de múltiples actores, sientan las bases de una metodología reproducible en otras especies o zonas sensibles.
Sin embargo, persisten varias incertidumbres: su capacidad de escalamiento, especialmente a través de la instalación de sensores embarcados en los barcos, así como la sostenibilidad de la financiación después del período de prueba, a pesar de su potencial.