Durante su pronunciamiento, el pasado 11 de julio, la CNIL recordó un principio central del RGPD: todo tratamiento de datos personales debe cumplir con un criterio de necesidad y proporcionalidad. En el caso de las cámaras llamadas aumentadas desplegadas por algunos estancos para estimar la edad de los clientes antes de venderles productos prohibidos a menores, como cigarrillos, alcohol o juegos de azar, la autoridad considera que estas condiciones no se cumplen.
¿Un uso tecnológico sin finalidad demostrada?
Estos dispositivos utilizan algoritmos de IA para escanear los rostros de los clientes y estimar, en tiempo real, si son mayores de edad o no. En la práctica, una luz roja o verde se enciende para orientar la decisión del estanquero. Pero la CNIL subraya que estas cámaras solo pueden proporcionar una estimación, sujeta a error, y que, incluso en caso de luz verde algorítmica, la ley sigue imponiendo la verificación de un justificante de identidad.
No teniendo como objetivo permitir a los clientes probar su mayoría de edad, la Comisión Nacional de Informática y Libertades juzga su uso "ni necesario, ni proporcionado".
Riesgos para los derechos fundamentales
Más allá de la cuestión de la eficacia, la CNIL insiste en las implicaciones sistémicas. Al analizar todos los rostros, de manera continua, sin consentimiento explícito ni posibilidad de oposición inmediata, estas cámaras cruzan un umbral: el de un tratamiento algorítmico omnipresente en lugares del día a día. El riesgo, según la autoridad, es que su despliegue "contribuya a un riesgo de banalización y habituación a una forma de vigilancia reforzada por la multiplicación de tales herramientas".
Alternativas en construcción
Lejos de rechazar toda innovación, la CNIL recuerda que otras soluciones están emergiendo, más respetuosas de la privacidad. Aplicaciones móviles como el futuro "mini-wallet" desarrollado por la Comisión Europea, del cual se espera un prototipo este verano, permiten a los usuarios probar su mayoría de edad mostrando únicamente la información necesaria para la verificación de la edad.